domingo, 26 de febrero de 2012

Huida

¿Por qué? ¿Por qué tienen que tratarme así?
No hacía más que repetirse aquella pregunta mientras corría entre cortinas de lluvia, huyendo de un pasado que odiaba. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas camufladas entre las gotas de agua que el cielo dejaba caer sobre ella.
La oscuridad de la noche le impedía ver lo que había en el barro, por lo que tropezaba con piedras y ramas, intentando mantener el equilibrio cada vez que lo hacía. Poco a poco se cansaba, y las piernas comenzaban a fallarle, pero no se rindió por ello, siguió corriendo, deseando salir de allí, irse lejos y olvidar lo acontecido en los últimos años.
Se adentró en el bosque sin apenas darse cuenta, pues no veía lo que tenía delante. Sus pies sorteaban todo aquello que podría frenarla en su huida sin que ella lo notara, pues no se guiaba por los sentidos, sino por su instinto. Su mente estaba lejos de allí, recorriendo todos los recuerdos de su infancia, todos los datos que se almacenaban en su cerebro.
Llegó a un claro en cuyo centro había un enorme sauce llorón, comenzó a temblar y se desplomó en el suelo, a los pies del árbol. Entre llantos, se sumergió en un largo sueño, sin ver al joven que se acercaba lentamente por su izquierda.

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