martes, 21 de febrero de 2012

Convicción

- Te quiero - dijo convencido.
- Ah, eso no es una noticia nueva - contestó ella divertida. Levantó la vista y descubrió que el chico la miraba directamente a los ojos, sonrió y le acarició la mejilla -. Yo también -repuso.
El joven se inclinó y la besó en los labios, mostrando que lo que decía era cierto.
- Sabes que el amor no es eterno, ¿cierto? -preguntó.
- Sí... -respondió su compañera intrigada.
- Pues bien, haré lo imposible para conseguir que el nuestro si lo sea -sonrió y la besó de nuevo.
La chica lo miró de nuevo, aliviada pero confusa.
- ¿Por qué me dices esto ahora? -preguntó con curiosidad.
- Porque quería que lo supieras -dijo él mientras sonreía-. ¿Acaso no es un buen motivo?
- Si, lo es.
- Me alegro, porque no es fácil convencerte -le sacó la lengua y sonrió de nuevo.
La muchacha correspondió a la sonrisa y volvió a bajar la vista, contemplando los apuntes que había tomado en clase y ahora pasaba a limpio.
- ¿Y por qué no es fácil convencerme? -inquirió pasados unos minutos.
- Bueno... pues... -recapacito el chico, dándose cuenta de las consecuencias de decir algo sin estar seguro-. ¿La verdad? No lo sé... -se llevó una mano a la barbilla en gesto pensativo.
- Entonces piénsalo, te dejaré tiempo, pero me gustaría saber por qué lo has dicho -la chica sonrió y siguió escribiendo.
- Jo... es que es difícil... -se quejó su amigo.
- Ah, entonces no haberlo dicho -sacó la lengua, repitiendo el gesto que el chico le había hecho un rato antes.
- Pues... es que siempre me llevas la contraria -repuso él, intentando buscar alguna excusa.
- Mentiroso, eso no es cierto y lo sabes, busca otra excusa mejor que te veo venir.
El joven rió, viendo que no con cualquier cosa podría distraerla.
- ¡Ah! ¡Ya sé! -exclamó-. ¡Porque nunca consigo disuadirte para nada!
Ella le miró divertida y frunció el ceño.
- Me estás diciendo lo mismo que al principio: que no puedes convencerme de nada.
- Bueno... pero... -intentó retroceder-. Agg... me rindo.
- Aprende para la próxima... -dijo ella tras sacarle la lengua-. Te quiero -sonrió y le besó con dulzura.

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